Todo vale en la pelea del PJ

En la pelea del PJ no hay reglas, salvo la que impone ganar. El kirchnerismo, debilitado por el resultado electoral de junio y acosado por la reaparición de Duhalde, usa todos sus recursos para recuperar terreno. En un momento de mayor esplendor, cuando obtuvo el control del aparato partidario, a Kirchner no le importó que se alejaran los “movimientos sociales” a los que tanta seducción dedicó en sus primeros años de gestión, “transversalidad” mediante. Pero ahora, dejando de lado el desprecio que mostró entonces, los necesita de nuevo. Los “movimientos sociales”, tanto los que se mantuvieron fieles, como los que se alejaron un poco denunciando el “ninguneo”, y hasta los que rompieron ruidosamente, estudian el nuevo convite, sazonado con nuevos aportes económicos bajo la forma de subsidios, cargos y planes. Algunos, que no se habían subido al carro kirchnerista, advirtieron el cambio de viento, y ya dan señales de acercamiento.
Así, en los actos de apoyo a la piquetera kirchnerista Milagro Sala, cuya agrupación escrachó al senador radical Gerardo Morales en Jujuy, se pudo ver, juntos y en línea, a D’Elía, los “intelectuales” de Carta Abierta, Hugo Yasky, de la CTA y Fernando Esteche, de Quebracho.
Por su parte, el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, anunció que tiene un “acuerdo central y estratégico” con el jefe de la CGT , Hugo Moyano, y adhirió a la corriente político-sindical que propone el camionero, que también encara conversaciones avanzadas con la FTV de D’Elía y otros más reticentes, como Raúl Castells.
Lo dicho, todo vale en la pelea por el poder. El kirchnerismo sabe que, cuando se abre el tarro de miel, las moscas se amontonan.