El Revolucionario Nº38 (Agosto 2008)

EDITORIAL: MÁS ALLÁ DE LAS DIFERENCIAS
El Revolucionario Nº38 (Agosto de 2008)

La millonaria pelea que protagonizaron los empresarios del campo y los empresarios del gobierno dejó penas y glorias en ambos lados de la gran mesa de negociación que fue el congreso. Las cámaras empresariales del agro realizaron su principal reclamo y se erigieron con un triunfo político, cuyo máximo capitalizador es Duhalde y su cohorte. El gobierno quedó con fisuras internas, renuncias y distanciamientos significativos. También, el PJ kirchnerista. Los millones quedaron en manos de los burgueses exportadores, entre los que hay varios kirchneristas, por cierto.
Después de la derrota en la votación por las retenciones móviles en el senado, el gobierno de los Kirchner trata de recomponer algo de la legitimidad y el consenso perdidos durante el largo conflicto. Por eso, los anuncios sobre el recambio en la jefatura de gabinete, el nuevo salario mínimo, las asignaciones familiares, la “reestatización” de Aerolíneas Argentinas y la movilidad jubilatoria. Para eso también, la primera conferencia de prensa presidencial en la gestión kirchnerista. Todas, medidas anunciadas casi en simultáneo, que buscan lavarle la cara al oficialismo antes de que empiece a sentirse el nuevo aumento del boleto y la luz.
Pero más allá de las diferencias, la pelea instaló con más fuerza uno de los mayores acuerdos entre los empresarios del campo y los del gobierno: la defensa de la democracia. Todos, gobernadores, legisladores, funcionarios, empresarios, periodistas... celebraron la “reactivación del congreso”, la “independencia de poderes”, la “mejora en la calidad institucional”. “Es un triunfo de la democracia, de la república, del país”. Ésta, palabras más, palabras menos, fue la frase más recitada después de la votación parlamentaria. Es la principal conclusión que comparten las bandas capitalistas que estuvieron enfrentadas durante estos meses, y la que difundieron masivamente.
Pero si ambos sectores comparten estas ideas es, simplemente, porque la democracia es suya. La pelea que protagonizaron lo mostró muy claramente, como pocas veces. Quedó en evidencia que las dos bandas en pugna manejan al congreso y a sus legisladores, a los medios de comunicación y a sus periodistas, a las fuerzas de seguridad y a sus milicos... No hay dudas: es su democracia.
Mientras tanto, y más allá de los flashes de los noticieros y la batería de anuncios y discursos, la realidad de la clase trabajadora continúa su marcha. Bajos salarios, inflación, accidentes laborales, trabajo en negro... y para quien ose organizarse y luchar para cambiar esta situación, represión. Mantener esta realidad es otro de los grandes acuerdos que comparten “el campo” y el gobierno, más allá de las diferencias.