El Revolucionario Nº39 (Septiembre de 2008)
Omar Viviani es secretario general de la Federación Nacional de Peones de Taxis de la República Argentina desde 2003 y secretario gremial de la CGT. Ingresó como chofer de taxi en 1971 y, al año siguiente, ya se desempeñaba como secretario de prensa. Desde 1982 a la fecha, el rentista está al frente de los taxistas de la Ciudad de Bs. As. Si bien durante el mandato de Menem estuvo nucleado en la CGT disidente, no despreció el ofrecimiento que éste le hizo de la obra social, cuya caja maneja desde 1991. Por último, fue tesorero de las 62 organizaciones peronistas entre 1999 y 2007.
Vía testaferros, Viviani es dueño de aproximadamente 200 taxis que alquila a peones jornaleros, modalidad de híperexplotación en negro del sector, cuyos trabajadores quedan desprovistos de estabilidad laboral y cobertura social y previsional. Por eso, suele encontrárselo, más que luchando por mejores condicionales salariales y laborales, a la cabeza de los reclamos empresariales del sector, exigiendo subas en las tarifas de taxis. Desde ese lugar, en los albores del kirchnerismo, ofició de punta de lanza para desprestigiar el movimiento de desocupados, patoteando sus protestas.
En enero de 2007, al cierre de un acto en la sede gremial, el rentista, con el ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman a su lado, declaraba: “Compañeros y compañeras, les quiero anunciar que nuestra organización sindical, el sindicato de Peones de Taxis de la Capital Federal, va a seguir apoyando al compañero Telerman como lo viene haciendo desde el primer día que asumió y también lo vamos a apoyar en las elecciones...”. Luego, presentada la fórmula peronista de Filmus/Heller, Viviani se encolumnó tras el kirchnerismo. Su obsecuencia dio frutos este año: fue uno de los ocho burócratas elegidos por Kirchner y obtuvo una vocalía en el PJ.
“Para quienes practicamos diariamente el peronismo, entendemos la participación sindical dentro del justicialismo como algo fundamental; si no es así, no es peronismo.”. De este modo, Viviani resumía el rol de la burocracia: socia menor de la burguesía en los negocios del estado, y brazo gremial de la patronal para mantener a raya a la clase obrera.
Omar Viviani es secretario general de la Federación Nacional de Peones de Taxis de la República Argentina desde 2003 y secretario gremial de la CGT. Ingresó como chofer de taxi en 1971 y, al año siguiente, ya se desempeñaba como secretario de prensa. Desde 1982 a la fecha, el rentista está al frente de los taxistas de la Ciudad de Bs. As. Si bien durante el mandato de Menem estuvo nucleado en la CGT disidente, no despreció el ofrecimiento que éste le hizo de la obra social, cuya caja maneja desde 1991. Por último, fue tesorero de las 62 organizaciones peronistas entre 1999 y 2007.
Vía testaferros, Viviani es dueño de aproximadamente 200 taxis que alquila a peones jornaleros, modalidad de híperexplotación en negro del sector, cuyos trabajadores quedan desprovistos de estabilidad laboral y cobertura social y previsional. Por eso, suele encontrárselo, más que luchando por mejores condicionales salariales y laborales, a la cabeza de los reclamos empresariales del sector, exigiendo subas en las tarifas de taxis. Desde ese lugar, en los albores del kirchnerismo, ofició de punta de lanza para desprestigiar el movimiento de desocupados, patoteando sus protestas.
En enero de 2007, al cierre de un acto en la sede gremial, el rentista, con el ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman a su lado, declaraba: “Compañeros y compañeras, les quiero anunciar que nuestra organización sindical, el sindicato de Peones de Taxis de la Capital Federal, va a seguir apoyando al compañero Telerman como lo viene haciendo desde el primer día que asumió y también lo vamos a apoyar en las elecciones...”. Luego, presentada la fórmula peronista de Filmus/Heller, Viviani se encolumnó tras el kirchnerismo. Su obsecuencia dio frutos este año: fue uno de los ocho burócratas elegidos por Kirchner y obtuvo una vocalía en el PJ.
“Para quienes practicamos diariamente el peronismo, entendemos la participación sindical dentro del justicialismo como algo fundamental; si no es así, no es peronismo.”. De este modo, Viviani resumía el rol de la burocracia: socia menor de la burguesía en los negocios del estado, y brazo gremial de la patronal para mantener a raya a la clase obrera.