Desfile de candidatos: Cristina Fernández – Amado Boudou


En este número, presentamos a los dos candidatos elegidos para protagonizar el tercer mandato consecutivo del peronismo en su versión kirchnerista. Ella, multimillonaria y con dos décadas de vivir suntuosamente de sus cargos públicos, apela a la mística de su viudez y a una historia oficial que está muy lejos de la verdad. Él, apenas millonario, y uno de los golden boys de los ’90, recorre el camino del oportunismo político en su Harley Davidson. Con ustedes, los candidatos del Frente para la Victoria, modelos de capitalistas:

Cristina Fernández – Amado Boudou
Cristina Elisabet Fernández estudiaba derecho en su ciudad natal, La Plata, cuando, en 1974, conoció a Néstor Kirchner. El santacruceño militaba en la FURN, una agrupación universitaria que, poco después, se fundiría en la JUP (Juventud Universitaria Peronista). Ella, en cambio, no tenía mayor compromiso militante. En lo que sí coincidía con su novio era en el rechazo a la lucha armada, a contrapelo de la “leyenda montonera” que se esforzaría en instalar años más tarde.
En 1977, abrieron un estudio jurídico en Río Gallegos que rápidamente prosperó, gracias a los lucrativos negocios inmobiliarios de los inversores que patrocinaban. Hasta 1983, Cristina Fernández no tuvo actividad militante, ni se involucró, como abogada, en ninguna defensa política ni vinculada a la represión de la dictadura.
Por el contrario, los Kirchner hicieron negocios con las autoridades militares de su ciudad y provincia, como lo prueban las fotografías de Néstor junto al general Oscar Guerrero, mano derecha de Camps, al que ambos expresaron su apoyo durante la guerra de las Malvinas, que publicó la revista Noticias hace unos años; o la solicitada que Cristina Fernández firmó, junto a su marido, en 1981, celebrando vivir en “un estado de derecho” y agradeciendo al jefe de la policía y a los funcionarios provinciales de la dictadura su apoyo frente a un “apriete” que sufrieron debido a un juicio en el que intervenían algunos “pesados”.
En la misma época, por poner un ejemplo de su “experiencia en la defensa de los DDHH”, el estudio jurídico Fernández-Kirchner defendió a un policía federal que fue condenado a 18 años de prisión por violación de menores.
A partir de 1983, Cristina acompañó a su marido en el regreso a la actividad política en el PJ, donde se alinearon con el sector “renovador” de Cafiero, Menem y Grosso. En 1987, Kirchner fue electo intendente de Río Gallegos. Con el cargo de Secretaria Legal y Técnica, Cristina comenzó su carrera como funcionaria. Dos años después, Cristina ya era diputada nacional, y, en 1995, mientras su marido asumía la primera gobernación, fue electa senadora. Renunció en 1997, pero para quedarse en el congreso con un nuevo mandato como diputada. Volvió al senado en 2001. Ya con su esposo en la presidencia, repitió el mandato, como senadora de la provincia de Buenos Aires, en 2005, tras romper el pacto con Eduardo Duhalde, que los había llevado a la casa rosada. Cuando asumió la presidencia, en diciembre de 2007, llevaba, como su marido, más de 20 años viviendo de cargos públicos.
En esas dos décadas de cargo en cargo, amasó una fortuna. Su patrimonio, de casi 80 millones de pesos, la coloca hoy entre las 20 mujeres más poderosas del mundo, en el ranking Forbes, y le permite disfrutar de lo que más le gusta, la ropa, las carteras y las joyas de firma, mientras el INDEC admite que un 30% de los argentinos padecen las condiciones de hiperexplotación y los salarios de miseria de un trabajo en “negro”  y las consultoras privadas elevan esa cifra al 44%.
Puesta a elegir a dedo su segundo en la fórmula, optó por su joven y carilindo ministro de Economía, el marplatense Amado Boudou. Aimé, como le dijeron siempre en su agropecuaria familia, aprendió a jugar al golf en el Mar del Plata Golf Club, y ahora despunta el vicio en el Darling Tenis Club, de Puerto Madero, cerca del condominio donde vive con su novia.
Empezó su carrera empresarial en la costa, donde para fines de los ’80 era el gerente de la recolectora de residuos Venturino Eshiur, mientras, a la noche, se entretenía como disc jockey de la discoteca Frisco Bay y organizaba mega recitales en la playa. Después de quebrar Venturino, fundó su propia empresa en el mismo rubro, Ecoplata, con la que hizo negocios con varios intendentes de la zona, mientras cursaba la carrera de economía y militaba en UPAU, el brazo universitario de la UCEDE, junto a Sergio Massa y Ricardo Echegaray.
Fue secretario de Hacienda y Finanzas del partido de La Costa entre 2003 y 2005, durante la primera intendencia del peronista Juan de Jesús, y, ya en Buenos Aires, hizo carrera en la ANSES, donde llegó a ser su titular. Allí se reencontró con Sergio Massa, y, como él y varios “jóvenes brillantes” provenientes del partido del ingeniero Alsogaray, se recicló en el kirchnerismo.
El 8 de julio de 2009 asumió el cargo de ministro de Economía, en reemplazo de Carlos Fernández, última etapa antes de ser consagrado como vicepresidente de Cristina Fernández para las elecciones de octubre.
Su patrimonio personal, como el de todos los funcionarios, ha crecido exponencialmente en muy poco tiempo. Según su última declaración jurada, aumentó un 65% desde 2009, con U$S145.000 ahorrados, y el paquete de acciones de una empresa inmobiliaria, Habitat Natural. Además de su querida Harley Davidson y el departamento en Puerto Madero, tiene un Fiat Adventure, un Audi y un Honda Civic.
Siguiendo una orden expresa de Néstor Kirchner, y aprovechando su experiencia juvenil en el mundo del espectáculo, desde que entró al gobierno nacional, Amado empezó a organizar reuniones político-musicales en la tradicional confitería de San Telmo Puerto Rico, bautizadas “Peña La Époka”. Allí, los miércoles, funcionarios y figuras del espectáculo ligados al kirchnerismo, mezclan política y diversión con selectos invitados, como el barra brava Cristian Favale, asesino de Mariano Ferreyra, que subió a Facebook la foto en la que un sonriente Boudou lo abrazaba, mirando a la cámara.
Cristina y Amado, los candidatos del oficialismo, van por cuatro años más de explotación y represión.