El 23 de marzo se realizarán las primeras elecciones en el subte para elegir la comisión directiva de la AGTSyP. En este marco, los trabajadores tienen la posibilidad de poner en pie una conducción que profundice la democracia sindical y defienda la independencia política.
La lucha de los trabajadores del subte se ha destacado en los últimos años, logrando conquistas tan importantes como la reducción de la jornada laboral a seis horas, la recuperación salarial y el pase a planta de los tercerizados, enfrentando a la patronal, al gobierno y a las patotas de la UTA.
En forma paralela a la lucha por salario y por mejores condiciones laborales contra la empresa Metrovías, los trabajadores llevaron, y llevan, adelante un proceso de organización y lucha antiburocrática, en la que fueron recuperando el cuerpo de delegados y profundizando la pelea para expulsar definitivamente del subte a la burocracia patoteril de la UTA, socia del gobierno y de la patronal. En este camino, la inmensa mayoría de los trabajadores resolvió conformar un nuevo sindicato: la AGTSyP, que, hoy, cuenta con 1.700 afiliados, superando en número a la burocrática UTA. Para lograr el reconocimiento de su sindicato, los trabajadores desplegaron una importante campaña que fue acompañada por la determinación a dar la pelea hasta que el gobierno firme la inscripción gremial. Con movilizaciones, aperturas de molinetes y paros mediante, consiguieron que el ministerio de trabajo inscriba a la AGTSyP.
Con esta nueva etapa abierta, hoy, los trabajadores del subte están protagonizando uno de los debates más importantes en los últimos años: el 23 de marzo se realizarán las primeras elecciones para elegir a la comisión directiva de la AGTSyP.
Dos modelos en pugna
Lo importante en estas elecciones no es sólo quiénes integrarán la comisión directiva, sino, el importante debate sobre qué tipo de sindicato necesitan construir los trabajadores y sobre cuáles serán sus estatutos(1). Concretamente, se ponen en juego dos modelos de sindicalismo.
Por un lado, el sector encabezado por Roberto Pianelli, y que hoy es mayoría en el cuerpo de delegados, viene desarrollando una práctica sindical alejada de los intereses de los trabajadores(2). Este sector hace ya mucho tiempo ha dejado atrás la democracia sindical y la independencia política, dos principios fundamentales del sindicalismo antiburocrático.
Sin consultar a las bases, ha firmado un acta de paz social con el gobierno y la empresa, que le puso un freno a la lucha de los trabajadores por sus reivindicaciones más sentidas (salario, ascensos, bolsa de trabajo, viáticos, condiciones de seguridad, etc.). Posteriormente, también sin previa consulta, empadronó a los afiliados de la AGTSyP a la CTA, sellando un acuerdo con la burocracia kirchnerista de Hugo Yasky, alineándose políticamente con éste e integrando sus listas. Recientemente, y a modo de coronación de su política, apoyó la precandidatura a jefe de gobierno del ministro Tomada, participando en su acto de lanzamiento(3).
Por otro lado, en contraposición al sector liderado por Pianelli, que, como vimos ha dejado de lado la construcción antiburocrática y las mejores tradiciones de organización y lucha del subte, existe un importante sector de los trabajadores que viene resistiendo esta tendencia y planteando la necesidad de recuperar y profundizar la democracia sindical, sobre la base de la independencia política del nuevo sindicato. Allí están los compañeros que defienden la asamblea como método fundamental de discusión y resolución; que se proponen fortalecer los cuerpos de delegados; que se opusieron y denunciaron la paz social firmada en forma inconsulta; que han rechazado el ingreso a la CTA, negándose a participar de las elecciones de la central(4); quienes, consecuentemente con esto, mantienen la independencia del gobierno y la patronal.
En la reciente asamblea general extraordinaria convocada por la comisión directiva provisoria (no con el ánimo de debatir con los trabajadores, sino obligada por el estatuto), que contó con la participación de unos 150 trabajadores, se debatió cómo organizar las próximas elecciones. Allí, se volvieron a poner en evidencia las diferencias políticas y organizativas que existen en el subte. El sector encabezado por Pianelli pretendía avalar la no representación de la minoría en la futura comisión directiva. Sin embargo, este nuevo intento acallar a la oposición antiburocrática no prosperó ya que, después de un arduo debate, se vieron obligados a proponer que se convoque a asambleas en las diferentes líneas para debatir el método de representación de los distintos sectores en la futura comisión directiva.
Frente a este panorama, se impone la lucha para conseguir la representación de todas las tendencias en la comisión directiva, en forma proporcional a la cantidad de votos. De este modo, la dirección de la AGTSyP reflejará con mayor fidelidad las diferentes posiciones del conjunto de los trabajadores.
Al mismo tiempo, es fundamental que toda la oposición siga avanzando en unidad. Las experiencias unitarias, como la del rechazo conjunto al ingreso a la CTA, evidencian la potencialidad de la fuerza que puede tener la oposición en el subte. Para avanzar en este sentido, la participación en el plenario de la oposición, convocado para el jueves 3 de marzo, es una oportunidad muy valiosa para construir una sola lista antiburocrática, que enfrente al sector de Pianelli, y que, más allá de estas elecciones, se pueda transformar en un polo de organización y lucha para recuperar las mejores tradiciones antiburocráticas, y así, erigirse en una alternativa real para todos los trabajadores del subte.
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NOTAS:
1) Hoy, el estatuto que “rige” a la AGTSyP es un estatuto provisorio que se “copió” de los modelos estatutarios de los sindicatos burocráticos, al solo efecto de ser presentado ante el ministerio de trabajo para que firme la inscripción gremial.
2) Para mas información sobre el desempeño del sector de Pianelli en el subte, ver “El ingreso del subte a la CTA”, en ER Nº60, de agosto de 2010, disponible en http://blog-otr.blogspot.com
3) Ver “Pianelli con Yasky y con Tomada” en este mismo número de ER, página 7.
4) Para esto, los compañeros, en forma unitaria, impulsaron una campaña de denuncia de la maniobra de Pianelli, logrando juntar 564 firmas de todos aquellos trabajadores que estaban en desacuerdo con dicho ingreso. Además, promovieron la no participación en las elecciones de la CTA, justamente por desconocer el ingreso de la AGTSyP. La cantidad de firmas juntadas superó los 520 votos que “respaldaron” la elección de la CTA en el subte.
Un avance en la Línea B
La lucha sigue siendo el único camino para conquistar las reivindicaciones. Así lo volvieron a demostrar los trabajadores de la Línea B que, en asamblea, habían decidido convocar a un paro en reclamo de la puesta en funcionamiento de más servicios, generando, además de una mejora en la frecuencia del subte, ascensos y toma de personal.
Ante la determinación de los trabajadores, la secretaría de transporte debió ceder y se comprometió a incrementar la cantidad de trenes, a ascender a unos 30 trabajadores y a darle continuidad a las reuniones para resolver los problemas planteados por los trabajadores.
Ahora, es necesario no bajar la guardia y mantenerse en pie de lucha para que la empresa cumpla los acuerdos.