Los millones de pesos contemplados en el plan de cooperativas “Argentina Trabaja”, anunciado por Cristina Fernández en 2009, serán repartidos entre los intendentes del conurbano y las organizaciones que responden al gobierno. Ya se han abierto entre ellos, sin embargo, las disputas por su distribución.
La derrota que el kirchnerismo sufrió en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de junio pasado, que le valieron acusaciones de “traición” a varios intendentes, llevaron preocupación al gobierno, que, desde entonces, evalúa cómo recuperar el terreno perdido, pensando en las presidenciales de 2011. En ese sentido, se han lanzado medidas como la “asignación universal” o el “fútbol para todos”. Dentro de este marco, en septiembre del año pasado el gobierno de Cristina Fernández anunció un plan de cooperativas que, según se dijo, le daría trabajo a 300.000 desocupados por un año, con un ingreso de $1.300 por mes. Pero el objetivo es consolidar el apoyo de los intendentes del conurbano y de las organizaciones sociales kirchneristas, a través del reparto de millones de pesos, fortaleciendo la estructura clientelar del gobierno en los distritos más importantes del país, como parte de la planificación de la contienda electoral.
Pasados varios meses del anuncio, y cuando desde gobierno explicitaron ya descaradamente que nada le darán a las organizaciones que no se alinean con el kirchnerismo, independientemente de los cortes y las movilizaciones, se hizo pública la disputa entre los intendentes que se sostienen afines al gobierno y algunos dirigentes de las organizaciones sociales kirchneristas por el manejo de los millones de pesos en juego.
Dentro del reparto inicial, los principales beneficiados fueron los intendentes kirchneristas y el Movimiento Evita (PJ), de Emilio Pérsico. También se hizo con una buena cantidad de planes el ex diputado del Frente para la Victoria Edgardo Depetri, dirigente del Frente Transversal y miembro de la mesa nacional de la CTA.
Del otro lado, Luis D´Elia (FTV-CTA) encabezó el grupo de los kirchneristas que se mostraron disgustados por cómo resultó el reparto de planes. “El que avisa no traiciona”, amenazó. “Si esto no cambia, en marzo van a haber 70, 80 mil tipos saliendo a la calle a reclamar. En el gobierno no nos escuchan, nos mienten. Estamos desbordados”. Hugo Curto, intendente de Tres de Febrero, fue el encargado de responder a las acusaciones de D´Elia diciendo que “los intendentes somos gente elegida por el voto popular y acompañamos una decisión del gobierno. No manejamos el dinero, manejamos la organización”. A los pocos días, sin embargo, D´Elia fue recibido en el ministerio de Desarrollo Social que dirige Alicia Kirchner para intentar resolver la interna. A la salida de la reunión, el jefe de la FTV (Federación de Tierra y Vivienda) anunció que le pidió a la ministra una mayor participación en el reparto de planes. Y para demostrar que todavía está dispuesto a seguir apoyando al gobierno si se aceptan sus reclamos, confesó: “yo le creo a Alicia, no tengo porqué no creerle, es una compañera de ruta”.
Un párrafo aparte merecen las organizaciones que fueron parte del gobierno hasta hace unos pocos meses y contribuyeron a la consolidación del kirchnerismo, pero que ahora intentan ubicarse entre los que lo enfrentan. Y todo esto como si no hubiesen sido ellos mismos los que usufructuaron los millones de pesos bajados desde este mismo gobierno y no hubiesen nutrido sus filas con funcionarios de todo tipo. Es el caso de Libres del Sur, y de su grupo Barrios de Pie, dirigido por Tumini y Ceballos, que ahora denuncia el funcionamiento del ministerio de Desarrollo Social, del cual el propio Ceballos formó parte entre 2004 y diciembre de 2008, como director Nacional de Asistencia Comunitaria y subsecretario de Organización y Capacitación Popular. “Esto es la política clientelar del PJ”, explican intentando marcar incomprensibles diferencias entre la actualidad del gobierno, con lo que era dos años atrás.
El gobierno trabaja en el armado del plan para intentar reconstruir el poder perdido en el último tiempo. Apuesta para ello, a consolidar el apoyo de los intendentes del conurbano y de las organizaciones sociales que han crecido a su sombra en los últimos años a fuerza de millones de pesos. Y hoy, ante la evidente debilidad del kirchnerismo, son sus mismos aliados, como D´Elia, los que le ponen un precio cada vez más alto a su apoyo al “proyecto nacional y popular del gobierno”. Todos ellos se benefician negociando con la miseria del pueblo trabajador.
La derrota que el kirchnerismo sufrió en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de junio pasado, que le valieron acusaciones de “traición” a varios intendentes, llevaron preocupación al gobierno, que, desde entonces, evalúa cómo recuperar el terreno perdido, pensando en las presidenciales de 2011. En ese sentido, se han lanzado medidas como la “asignación universal” o el “fútbol para todos”. Dentro de este marco, en septiembre del año pasado el gobierno de Cristina Fernández anunció un plan de cooperativas que, según se dijo, le daría trabajo a 300.000 desocupados por un año, con un ingreso de $1.300 por mes. Pero el objetivo es consolidar el apoyo de los intendentes del conurbano y de las organizaciones sociales kirchneristas, a través del reparto de millones de pesos, fortaleciendo la estructura clientelar del gobierno en los distritos más importantes del país, como parte de la planificación de la contienda electoral.
Pasados varios meses del anuncio, y cuando desde gobierno explicitaron ya descaradamente que nada le darán a las organizaciones que no se alinean con el kirchnerismo, independientemente de los cortes y las movilizaciones, se hizo pública la disputa entre los intendentes que se sostienen afines al gobierno y algunos dirigentes de las organizaciones sociales kirchneristas por el manejo de los millones de pesos en juego.
Dentro del reparto inicial, los principales beneficiados fueron los intendentes kirchneristas y el Movimiento Evita (PJ), de Emilio Pérsico. También se hizo con una buena cantidad de planes el ex diputado del Frente para la Victoria Edgardo Depetri, dirigente del Frente Transversal y miembro de la mesa nacional de la CTA.
Del otro lado, Luis D´Elia (FTV-CTA) encabezó el grupo de los kirchneristas que se mostraron disgustados por cómo resultó el reparto de planes. “El que avisa no traiciona”, amenazó. “Si esto no cambia, en marzo van a haber 70, 80 mil tipos saliendo a la calle a reclamar. En el gobierno no nos escuchan, nos mienten. Estamos desbordados”. Hugo Curto, intendente de Tres de Febrero, fue el encargado de responder a las acusaciones de D´Elia diciendo que “los intendentes somos gente elegida por el voto popular y acompañamos una decisión del gobierno. No manejamos el dinero, manejamos la organización”. A los pocos días, sin embargo, D´Elia fue recibido en el ministerio de Desarrollo Social que dirige Alicia Kirchner para intentar resolver la interna. A la salida de la reunión, el jefe de la FTV (Federación de Tierra y Vivienda) anunció que le pidió a la ministra una mayor participación en el reparto de planes. Y para demostrar que todavía está dispuesto a seguir apoyando al gobierno si se aceptan sus reclamos, confesó: “yo le creo a Alicia, no tengo porqué no creerle, es una compañera de ruta”.
Un párrafo aparte merecen las organizaciones que fueron parte del gobierno hasta hace unos pocos meses y contribuyeron a la consolidación del kirchnerismo, pero que ahora intentan ubicarse entre los que lo enfrentan. Y todo esto como si no hubiesen sido ellos mismos los que usufructuaron los millones de pesos bajados desde este mismo gobierno y no hubiesen nutrido sus filas con funcionarios de todo tipo. Es el caso de Libres del Sur, y de su grupo Barrios de Pie, dirigido por Tumini y Ceballos, que ahora denuncia el funcionamiento del ministerio de Desarrollo Social, del cual el propio Ceballos formó parte entre 2004 y diciembre de 2008, como director Nacional de Asistencia Comunitaria y subsecretario de Organización y Capacitación Popular. “Esto es la política clientelar del PJ”, explican intentando marcar incomprensibles diferencias entre la actualidad del gobierno, con lo que era dos años atrás.
El gobierno trabaja en el armado del plan para intentar reconstruir el poder perdido en el último tiempo. Apuesta para ello, a consolidar el apoyo de los intendentes del conurbano y de las organizaciones sociales que han crecido a su sombra en los últimos años a fuerza de millones de pesos. Y hoy, ante la evidente debilidad del kirchnerismo, son sus mismos aliados, como D´Elia, los que le ponen un precio cada vez más alto a su apoyo al “proyecto nacional y popular del gobierno”. Todos ellos se benefician negociando con la miseria del pueblo trabajador.