Elecciones en la CTA: La escandalosa disputa burocrática

La escasa participación, el fraude electoral y el clientelismo punteril protagonizaron la disputa por el control de la CTA , entre la burocracia de Yasky y la de Micheli. Como consecuencia de la trampa de uno y otro lado, ambos bandos, debaten quién se impondrá al frente de la central, siempre, a espaldas de los trabajadores. Lo único que queda claro, es que la burocracia de la CTA no es ninguna alternativa frente a la burocracia de la CGT.

Se realizaron las elecciones en la CTA en las que dos sectores de la burocracia sindical se disputaban su control. Por un lado, el bando encabezado por Hugo Yasky, que lleva entre sus candidatos a burócratas de la talla de Pedro Wasiejko del SUTNA, Roberto Baradel del SUTEBA, y Eduardo López de la UTE. En el sector encabezado por Pablo Micheli, podemos encontrar a burócratas como Víctor de Gennaro o Claudio Lozano, y a organizaciones, como el MST y el PCR. Históricamente, las fracciones ahora enfrentadas compartieron la dirección de la CTA , combatieron la independencia de la clase trabajadora y se alinearon con algún proyecto capitalista. Según el momento y las conveniencias, fueron frepasistas, aliancistas, kirchneristas... Los dirigentes actuales no son la excepción y hoy se debaten entre el apoyo a uno u otro proyecto del capitalismo. Yasky apoya al gobierno de los Kirchner y al partido de Sabbatella. Micheli, por su parte, se alinea con Pino Solanas y acuerda con dirigentes del radicalismo y el “socialismo”. Por esta razón, en la disputa de la pretendidamente “autónoma” CTA se observa, además, la disputa entre el gobierno y un sector de la oposición, también patronal.
El resultado fue contrario a todos los pronósticos. Yasky se creía ganador. Y hasta Micheli se apresuró a justificar su previsible derrota, denunciando las afiliaciones masivas del yaskismo. Es que la fracción de Yasky contaba con el apoyo del kirchnerismo y de su aparato punteril, como la FTV de D´Elía y el Frente Transversal de Depetri. Sin embargo, después de difundidos los datos que proclamaban ganador a Micheli, los reclamos de Yasky hacia los dirigentes de Buenos Aires, donde esperaba ganar cómodamente, ponen en evidencia que el kirchnerismo, en el marco de sus disputas internas(1), no movilizó lo prometido. A su vez, la burocracia de Micheli contó con el apoyo de la kirchnerista Milagro Sala, en la provincia de Jujuy, que garantizó el fraude y el voto determinante de su movimiento e inmediatamente se fue de la central, contribuyendo al desprestigio general de la CTA y estas elecciones.
Por otra parte, la bajísima participación en las elecciones de la “central democrática” es más que elocuente. De un padrón de 1.104.712, sólo votaron 269.569 afiliados, es decir el 24%. El rasgo distintivo de estas elecciones fue el fraude de Yasky hacia Micheli y de Micheli hacia Yasky. A tal punto es así, que, al cierre de esta edición, aún no estaba definido quién se quedaría al frente de la CTA , ni siquiera si seguirá existiendo una sola central. El escrutinio provisorio de la junta electoral, donde el bando de Micheli tiene la mayoría, le concede el triunfo a su lista 1, por casi 20 mil votos(2). Sin embargo, todavía quedan impugnaciones pendientes de resolución, que fueron presentadas por ambos grupos, sobre todo por la lista 10 de Yasky, en los distritos donde su derrota fue aplastante. En las provincias y localidades con pedido de impugnación están en juego nada más y nada menos que unos 80 mil votos(3). Yasky apuesta a que el tribunal arbitral, donde él cosecha más seguidores, se expida a su favor. Entonces, mientras la CTA se jacta de ser la central en la que sus afiliados eligen a sus dirigentes mediante el voto directo, la realidad muestra que las decisiones, en última instancia, las toman un puñado de burócratas, dirimiendo sus internas en la junta electoral y el tribunal arbitral, entre cuatro paredes y siempre a espaldas de los trabajadores.
En esta oportunidad, pudimos observar el fraude y el clientelismo en todo su esplendor. El fraude de Micheli en Jujuy y en Mendoza y de Yasky en Santa Fe, por nombrar sólo algunos ejemplos, fue escandaloso. La combinación de urnas llenas o vacías según el caso, la no exhibición de padrones, la falta de boletas, la ausencia de fiscalización, el protagonismo de la patota... todas las maniobras fraudulentas estuvieron en su apogeo en la “central alternativa”. Así, la central que se autoproclama defensora de la libertad sindical se apoyó, no en los métodos de la democracia sindical de los trabajadores, sino en los del clientelismo típicamente peronista.
De este modo, el enfrentamiento entre los dos sectores de la burocracia sindical de la CTA puso de manifiesto el carácter burocrático de ambos bandos.
Los resultados, sin dudas, constituyen un revés para Yasky y para el kirchnerismo y, por ahora, independientemente de cómo resuelvan su disputa, dejan a los dos bandos burocráticos de la CTA con las fuerzas equilibradas, ya que Yasky sigue dirigiendo la CTERA y la CTA-Buenos Aires y Micheli-De Gennaro, ATE y la CTA-Capital .
De todos modos, la CTA pretende seguir insertándose en el movimiento de los trabajadores como una “alternativa” a la CGT. La cooptacción de delegados del subte y la creación de sindicatos paralelos a la UTA , la UOCRA y FOETRA, entre otros, es una muestra clara de esta política. El escándalo entre Yasky y Micheli que estamos presenciando los trabajadores, junto a la política de apoyo de distintos proyectos capitalistas más o menos progresistas, y a la persecución de los trabajadores antiburocráticos, es una demostración más de que la CTA , bajo la conducción de Yasky o de Micheli, no es ninguna alternativa para nosotros y que debemos enfrentarla para poder avanzar con nuestra organización y nuestra lucha.
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NOTAS:
1) Según trascendió en varios medios, Moyano, si bien apoyaba públicamente a la lista oficialista, por lo bajo la boicoteó y apostó al triunfo de Micheli, para reservarse el monopolio como central kirchnerista. Al mismo tiempo, fue significativa la ausencia de D´Elía y Depetri en la campaña a favor de la lista 10.
2) El 1 de octubre (ocho días después de la elección), la junta electoral nacional difundió los siguientes datos: 131.436 votos para la lista 1 (Micheli); 113.187, para la lista 10 (Yasky); 7.341, para la lista 3 (Correa del PO); 4.265, para la lista 5 (Ayala del MAS); 4.233, para la lista 4 (Montes del PTS); 7.820, en blanco; 916, anulados; y 371 observados.
3) Las impugnaciones pendientes de resolución son las siguientes: las provincias de Catamarca, Chaco, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán y las localidades de Avellaneda, Berazategui, Cañuelas, Florencio Varela, General Pueyrredón, La Matanza , Morón, San Martín y Trenque Lauquen (Buenos Aires); La Cossa y Santa Fe (Santa Fe); y Córdoba, San Francisco y Traslasierra (Córdoba).