Otro obrero muerto en su trabajo. No es ninguna abstracción afirmar que el capitalismo mata. Las condiciones laborales a las que son sometidos los trabajadores, además de insalubres, son, en muchos casos, mortales.
Gustavo Silvero Lescano, un obrero de la construcción, murió en una obra de la Ciudad de Buenos Aires, al ser aplastado por una medianera que se derrumbó.
Como es habitual, eran reiterados los incumplimientos en las medidas de seguridad para los trabajadores por parte de la empresa. Es que toda empresa sólo está interesada en obtener la mayor ganancia posible con el menor costo posible, escatimando, para ello, no sólo los salarios de los trabajadores, sino también, los instrumentos y las medidas básicas de seguridad. Pese a todo esto, la Dirección de Relaciones Laborales y Protección del Trabajo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la burocracia sindical de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) hicieron la vista gorda y dieron el visto bueno para que la patronal avanzara con sus negocios, a costa, literalmente, de la vida de los trabajadores.
La burocracia de Gerardo Martínez, por su parte, se limitó a llenar algunos formularios asentando “Las denuncias por incumplimiento y las correspondientes solicitudes de inspección”, con lo que pretende lavar sus culpas y ocultar su complicidad con la empresa, al permitir semejantes condiciones laborales, que, inexorablemente, conducen a los trabajadores a una muerte segura.