Las luchas de los trabajadores

Subte, salud y educación
Hoy, los trabajadores del subte siguen siendo el puesto de lucha más avanzado en la pelea contra la patronal y la burocracia sindical. Por su parte, como consecuencia de los sucesivos ajustes de los gobiernos nacional y provinciales, los estatales salen al paro.

Los trabajadores del subte imprimieron un nuevo impulso a la lucha por el reconocimiento del nuevo sindicato, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP), avalada por el 90% de los empleados de Metrovías. Es que el ministerio de trabajado les niega, no sólo la personería, sino también la simple inscripción gremial. Por eso, la necesidad de continuar con las medidas de fuerza que van desde la apertura de molinetes hasta la paralización de todas las líneas.
Pero los trabajadores del subte, además de luchar contra la empresa y el gobierno, deben enfrentar a la burocracia sindical de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Los ataques de la patota de la UTA son permanentes y cotidianos y se evidenciaron, claramente, durante el último paro, en las estaciones Constitución, de la Línea C , y Federico Lacroze, de la B.
Por su parte, los docentes han realizado importantes paros por mejoras salariales y más presupuesto en varias provincias: Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Entre Ríos, Córdoba, Neuquén, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires...
En Tucumán, los trabajadores de la salud siguen en pie de lucha por mejores salarios y por el pase a planta permanente de los contratados.
Mientras tanto, en Santa fe, los trabajadores de Mahle continúan la pelea en defensa de los puestos de trabajo, con la ocupación de la planta, acampes y movilizaciones.
La lucha de los trabajadores debe avanzar en la organización independiente. Es claro que en el caso del subte es casi impensable un entendimiento con la burocracia de Fernández, que abiertamente enfrenta al Cuerpo de Delegados. Igual de clara debe ser la necesidad de organizarse independientemente de las direcciones de la CTA aunque, en algunos casos, frente a la CGT , parezca el “mal menor”. Para los trabajadores estatales, nucleados fundamentalmente en CTERA y ATE, ambos seguidores de la política de la CTA , es más que evidente que la burocracia es la CTA de Yasky, Baradel, Micheli y sus aliados. Por eso, allí, se trata de fortalecer la organización antiburocrática, eligiendo delegados en cada lugar de trabajo, conformando agrupaciones que se dispongan recuperar los cuerpos de delegados, las comisiones internas y las seccionales para destronar a la burocracia y, librarse de este modo, de las trabas en la pelea contra el gobierno.