En defensa de las comisiones internas y los activistas antiburocráticos



En los últimos meses se vienen produciendo sistemáticos ataques contra las expresiones más avanzadas del movimiento obrero, las comisiones internas y los cuerpos de delegados independientes que han sido recuperados de manos de la burocracia.

En este marco se incluyen la detención del “Pollo” Sobrero, los ataques de la patota de al UOCRA a los trabajadores del SITRAIC, la represión que descargó la policía sobre los ferroviarios del Belgrano Norte, las agresiones sufridas por los delegados antiburocráticos de la línea 60, Néstor Marcolín y Daniel Farella. Además se suceden los despidos “preventivos” en distintas empresas, como en Disco y Banco Piano, y se avanza con las causas penales y los juicios de desafuero contra decenas de delegados de distintas empresas, como Kraft, Fate, Frigorífico Rioplatense o Paty. En este marco también, de persecución contra los trabajadores organizados de forma independiente contra las patronales y la burocracia, continúan encarcelados Carlos Olivera, dirigente del Sitraic, y Víctor Oñate, delegado petrolero de Santa Cruz.
Con esta campaña de hostigamiento, persecución y represión, las patronales, la burocracia y el gobierno, buscan desarticular la organización independiente de nuestra clase e infundir temor en el conjunto de los trabajadores, buscando poner un freno al proceso de construcción independiente y a la recuperación de distintas instancias gremiales.

Coordinación y movilización
De las reuniones organizadas en el Bauen, que fueran impulsadas inicialmente por delegados de la línea 60, y de las cuales participaron una gran cantidad de comisiones internas y delegados antiburocráticos, además de distintas agrupaciones y corrientes sindicales y organizaciones políticas, se organizó un plan de movilización para poder sacar a la calle la campaña contra la persecución sindical.
Desde allí, se llamó a participar de distintas convocatorias como la movilización por Olivera y la presentación del Archivo de Casos de Correpi y se organizó la marcha unitaria contra la persecución el miércoles 23 noviembre, de Congreso a Plaza de Mayo. Además, quedan por delante la convocatoria a la movilización el 20 de diciembre, la entrega del petitorio con las consignas en contra de la persecución y la organización de la campaña por un fin de año sin presos políticos.  
A pesar de que en los últimos años varias organizaciones han  demostrado su mezquindad a la hora aportar a la construcción de espacios unitarios, la posibilidad de continuar y profundizar la coordinación entre las distintas comisiones internas, cuerpos de delegados y agrupamientos de trabajadores, para organizar de conjunto la lucha contra la persecución sindical y la represión representa un avance y un desafío importante. La coordinación que se viene realizando desde hace tiempo en Zona Norte por la libertad de los presos y el desprocesamiento de los luchadores es demostración de esto.

Frigorífico Rioplatense
Mientras la justicia confirmaba el procesamiento del delegado Carlos Zerrizuela, los trabajadores del Frigorífico Rioplatense debieron hacer frente a un nuevo intento de la patronal y la burocracia de la carne, encabezada por Molina, por acabar con su organización: la convocatoria a un plebiscito para remover a los delegados, elegidos democráticamente por los obreros del frigorífico.
Frente a semejante avanzada contra su organización, los trabajadores se declararon en estado de alerta, y ante la posibilidad de que la burocracia intentara hacer fraude, convocaron a comisiones internas y sectores antiburocráticos a acompañar la jornada desde las puertas de la fábrica.
Finalmente, los resultados del plebiscito fueron favorables para los delegados antiburocráticos del Rioplatense que se impusieron contra la movida de la burocracia por 239 votos contra 173, lo que demuestra la fortaleza de la organización de base en el frigorífico y la referencia de los delegados entre la mayoría de los compañeros.

Paty
Por su parte, los obreros de Paty también debieron enfrentar una provocación de la patronal, que despidió a dos compañeros, inventando como causa el robo de mercadería. Los delegados de la fábrica actuaron inmediatamente, convocando a una asamblea, en la cual se resolvió parar la producción y movilizar a la comisaría exigiendo la libertad de uno de los compañeros que, encima, había sido detenido.
Finalmente, después de varios días de paro y de movilización, los obreros de Paty lograron la reincorporación de uno de los compañeros despedidos (el otro, lamentablemente, decidió agarrar la indemnización)  y la expulsión del jefe de seguridad de la planta, en una nueva demostración de que cuando la clase trabajadora se organiza desde las bases, con asamblea, y se decide a salir a luchar por sus reivindicaciones (en este caso la reincorporación del compañero despedido), puede alcanzar importantes triunfos.

Ante la política de persecución y de mayor represión, lanzada desde las patronales, la burocracia y el gobierno, la defensa de los compañeros y de las distintas instancias gremiales recuperadas debe construirse desde dos frentes:
Por un lado, es central redoblar los esfuerzos en el trabajo de base, con el conjunto de los compañeros de trabajo. La importancia de la organización y la movilización de base se puso en evidencia, por ejemplo, en los recientes casos de Paty y del Rioplatense, donde la pronta y firme respuesta organizada por los compañeros fue decisiva.
Por otra parte, debemos apostar a extender y profundizar las instancias que apunten a la coordinación entre  los distintos organismos gremiales antiburocráticos, para poder extender la solidaridad cuando sea necesario y poder hacer frente de forma unitaria, con más fuerza, a la embestida patronal.