La crisis económica sigue golpeando con fuerza en los países
europeos. En Grecia, España e Italia se produjeron recambios en los gobiernos,
mientras que se sigue descargando el ajuste sobre las espaldas del pueblo
trabajador, con más despidos y recortes.
La
crisis económica capitalista golpea, aunque con distinta intensidad, en todo el
mundo. En EEUU, donde siguen altos los índices de desempleo; en Brasil, donde
ya se habla de caída de la actividad industrial; en China, donde se han
producido despidos masivos en importantes fábricas y se preparan fuertes
recortes salariales; y aunque el kirchnerismo lo niegue, en Argentina, donde
varias empresas ya han avanzado con planes de suspensiones y adelantos de
vacaciones y donde el gobierno se encuentra en plena elaboración del plan de
ajuste que descargará sobre los trabajadores.
Sin
embargo, desde hace varios meses, el epicentro de la crisis económica se
encuentra en el continente europeo. Allí, es donde ha crecido a pasos más
agigantados la desocupación y donde las empresas y los gobiernos encuentran
mayores dificultades para recuperar los niveles de actividad económica y sus
márgenes de ganancia, y donde, a esta altura, ya no existen certezas siquiera
sobre la continuidad de la comunidad europea y su moneda, el euro.
Un
hecho más que significativo de la envergadura de la crisis es el reciente
anuncio del despido de 6.000 trabajadores en Peugeot, uno de los emblemas del
capitalismo en Francia. Demostrativo también de cómo los capitalistas buscan
resolver sus crisis: con despidos y suspensiones, con recortes salariales y con
ajuste; es decir, descargando sobre las espaldas del pueblo trabajador, todo el
peso de la crisis.
En
Grecia, España e Italia, se produjeron recambios en los gobiernos, que muchos
han dado en llamar “gobiernos técnicos”, que se encuentran en plena sintonía
con las directivas de Merkel y Sarkozy, y serán los encargados de continuar con
la aplicación de los planes de ajuste.
Grecia: un banquero al gobierno
Grecia
es uno de los países más golpeados por la crisis. En los primeros días del mes
de noviembre se produjo la renuncia del ex mandatario Papandreu y, mediante un
acuerdo de los partidos locales (el Partido Socialista y el derechista Nueva
Democracia), y con apoyo explícito de EEUU, la Unión Europea y los organismos
internacionales de crédito, asumió a cargo de un gobierno interino Luca
Papademos. “Estamos satisfechos de su
designación”, aseguró el Departamento de Estado yanqui a través de un
comunicado.
Papademos,
economista formado en los EEUU, es un banquero que se desempeñó como titular
del Banco de Grecia y vicepresidente del Banco Central Europeo. “No soy un político, la mayor parte de mi
vida me ocupé de asuntos financieros”, dijo al asumir.
Papademos
es, en pocas palabras, el elegido de los bancos y de los organismos internacionales
de crédito para profundizar el ajuste sobre el pueblo griego, que ya padece una
tasa de desempleo superior al 18% y una sostenida inflación.
España: se va el PSOE y el ajuste
continúa a cargo del PP
En
España, otro de los países más golpeados por la crisis, con altísimos niveles
de desocupación y una deuda gigantesca, se llevaron adelante las elecciones
presidenciales que, como se esperaba, sellaron el triunfo del derechista
Partido Popular (PP), el partido de los herederos del franquismo. Después de varias
elecciones perdidas, Mariano Rajoy será el nuevo presidente y, por lo tanto, en
sus manos estará la continuidad del ajuste sobre los trabajadores.
Las
elecciones marcaron también la derrota y el repudio masivo a la gestión del
socialdemócrata PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que encabezó durante
ocho años Rodríguez Zapatero, y que, lejos de cualquier pretendido “progresismo”,
aplicó en los últimos meses un ajuste feroz sobre el pueblo trabajador,
siguiendo al pie de la letra los manuales del FMI.
Italia: se va Berlusconi y asume otro
gobierno de banqueros
En
Italia, tras la renuncia forzada de Berlusconi, se ha conformado un gobierno
con características similares al griego. El jefe del autodenominado “gobierno
técnico y sin políticos” es el economista y ex ministro de la Unión Europea , Mario Monti.
Asumió con el apoyo en el parlamento de prácticamente todos los partidos
patronales, inclusive, del propio Berlusconi.
En
las manifestaciones de trabajadores y estudiantes que se produjeron ante el
anuncio de las nuevas medidas de ajuste, se denunció, también, lo que llaman
directamente “el gobierno de los banqueros”, en referencia a la nueva gestión
que encabeza Monti. Y no es para menos, si se tiene en cuenta que, por ejemplo,
el ministerio de desarrollo económico del nuevo gobierno fue asumido
directamente por un gerente del Banco Intesa San Paolo; que es, además, uno de
los principales acreedores del estado italiano.
De
un gobierno como ese, claro está, lo trabajadores no pueden esperar más que la
profundización del ajuste, que buscarán hacer caer directamente sobre sus
espaldas, para beneficio de los grandes bancos y de la ganancia
empresaria.
La continuidad de la crisis
Como
salta a la vista, los capitalistas avanzan sin tregua buscando encontrar la
salida a la crisis económica que ellos mismos han generado. Crisis económica
que es característica de este sistema de explotación en el cual la producción
sólo es guiada por un único fin: la obtención de mayores ganancias.
En
Italia y en Grecia han armado gobiernos a su medida, plagados de banqueros, que
serán los encargados de profundiza el ajuste sobre el pueblo trabajador. En
España, el gobierno del PP, elegido en las últimas elecciones como
consecuencia, en gran medida, del repudio al PSOE, avanzará con las mismas
medidas en beneficio de los capitalistas.
Es
que, como ha sucedido en los últimos 200 años, las crisis económicas son
resueltas por los capitalistas ajustando sobre el pueblo trabajador, con
reducciones salariales y despidos, y con el recorte de beneficios sociales, lo
que implica el hundimiento en la miseria de una parte importante de pueblo
trabajador.
La
única salida que tenemos los trabajadores es la organización y la lucha para
poner freno al ajuste patronal.