Los estudiantes chilenos en pie de lucha


La pelea encabezada por el movimiento estudiantil chileno está dando enormes ejemplos de lucha, de organización y de la importancia de la movilización para avanzar hacia la conquista de reivindicaciones populares.

Desde el mes de mayo el movimiento estudiantil chileno está en pie de lucha. Con la toma de instituciones educativas, una huelga estudiantil que lleva meses, movilizaciones multitudinarias, combates callejeros y una huelga de hambre, entre otras formas de lucha, los estudiantes sostienen un enfrentamiento ejemplar contra el estado chileno por un reclamo central: la gratuidad de la educación pública.
Un programa de lucha semejante, plantea una transformación estructural del modelo educativo, para pasar del actual sistema pago a una educación gratuita, lo que significa tirar por la borda el millonario negocio sostenido en base a la privatización de la educación y obligar al estado a poner una importante porción de los recursos públicos al servicio de los trabajadores y sus familias.
Es decir que, en base a la movilización popular, el pueblo chileno, impulsado por su movimiento estudiantil, está pudiendo establecer una agenda de cambios significativos que no han querido ser asumidos ni por el actual presidente derechista Piñera, ni por los anteriores gobiernos socialdemócratas de la Concertación, todos defensores del modelo mercantilista y excluyente que fue erigido a sangre y fuego a partir de la dictadura de Pinochet.
Esta gran movilización es demostrativa de la importancia de la organización gremial de los sectores populares, en particular del estudiantado, por medio de centros de estudiantes y federaciones, y de la significación que una actividad militante puede adquirir si se sostiene en una amplia participación de las bases. Es decir, deja en evidencia la necesidad de la conquista de los centros de dirección gremial por parte de los sectores más luchadores del movimiento, y plantea que esos centros y federaciones pueden desarrollarse efectivamente si impulsan la movilización combativa de las bases por sus reivindicaciones más sentidas.
Como en toda lucha, el gobierno, defensor de los intereses patronales y privatistas, ha buscado el desgaste y el fracaso de la movilización por medio de una propaganda que pretende deslegitimar la pelea y por medio de la represión directa contra los luchadores.
En este sentido, la movilización chilena es ejemplar. Por una parte, porque ante los ataques políticos e intentos de deslegitimación, se ha volcado hacia el conjunto del pueblo y en particular se ha vinculado directamente al movimiento obrero, fortaleciendo su acción política por medio de la unidad obrero-estudiantil y el acompañamiento popular, expresado en la declaración de varias huelgas de trabajadores y una amplia movilización que incluye a los trabajadores de la educación, las familias y otros sectores populares, junto al movimiento estudiantil. Por otra parte, porque ante el ataque sistemático de la represión, la juventud chilena está dando enormes ejemplos de lucha combativa, enfrentando a las fuerzas represivas, desarrollando los métodos de combate callejero, con barricadas y armamento popular, con lo que garantiza, pese al permanente ataque gubernamental, que la resistencia en la calle no sea quebrada por el estado.
El camino de los estudiantes chilenos es un enorme ejemplo para avanzar por el camino de la lucha para el triunfo de las conquistas del pueblo trabajador.