La lucha de los trabajadores de la 60


Ante los constantes atropellos de la empresa Dota, que arremete contra los trabajadores con la complicidad de la burocracia de la UTA y el gobierno kirchnerista, los choferes de la línea 60 se organizan y pelean para enfrentar los ataques de la patronal, dando un importante ejemplo de lucha al conjunto de la clase trabajadora.

Desde que se hizo cargo de la línea 60, la empresa Dota viene atacando permanentemente a los choferes, buscando avanzar sobre las condiciones de trabajo y, fundamentalmente, haciendo todo lo posible para quebrar la organización independiente de los trabajadores y su cuerpo de delegados. Los conflictos entre los trabajadores y la empresa, por lo tanto, no son nuevos.
Entre la larga lista de reivindicaciones levantadas por los trabajadores están el pago de salarios adeudados, ya que la empresa viene liquidando los sueldos mal sistemáticamente; el reconocimiento del cuerpo de delegados, que se impuso en las últimas elecciones de forma contundente frente a la lista de la burocracia de Roberto Fernández; la defensa de sus condiciones de trabajo, que la patronal intenta vulnerar permanentemente, modificando francos y tiempos de descanso; el cese de los aprietes y la persecución que imponen la empresa y la burocracia a través de las patotas contratas por Dota, que incluyen a mas de 100 matones armados, cuya única tarea en la empresa es intimidar y enfrentar a los choferes, aprovechando los momentos en los que se encuentran solos en las cabeceras; etc.
En este marco, en el cual los trabajadores comenzaban a preparar medidas progresivas para avanzar con la defensa de su salario, de sus condiciones de trabajo y de su cuerpo de delegados, el conflicto estalló nuevamente ante otra provocación de la empresa, con el ataque al delegado Néstor Marcolín, con el incendio de su auto, en las puertas de su casa.

La asamblea y el paro, los métodos de los trabajadores
Para enfrentar este nuevo ataque de la empresa los trabajadores se organizaron en asamblea y convocaron a un nuevo paro hasta lograr que se garantice el cumplimiento de todas sus reivindicaciones.
Fueron cinco días de lucha, con la paralización total de la línea, con la permanencia de los trabajadores en las cabeceras de Constitución y Maschwitz, y con cortes en la Panamericana y el Puente Pueyrredón.
Una lucha en la cual los trabajadores debieron organizarse para enfrentar a las patotas de la burocracia y la patronal que atacaron en distintas oportunidades buscando quebrar el conflicto. Lejos de sentirse intimidados los trabajadores se organizaron y enfrentaron valientemente a las patotas.
También fue importante la solidaridad de otras comisiones internas, cuerpos de delegados, agrupaciones antiburocráticas y organizaciones políticas que colaboraron con la difusión del conflicto, la participación en las medidas de lucha y aportaron con el fondo de huelga.
Por su parte, el ministerio de Trabajo encabezado por Carlos Tomada, como es su costumbre, jugó para la patronal, dictando la conciliación obligatoria (no acatada por los trabajadores) y apostando al desgaste del conflicto.
Finalmente, los trabajadores se alzaron nuevamente con un triunfo dado que la empresa debió ceder, comprometiéndose a cumplir con sus reivindicaciones.
Sin embargo, ya han comenzado a surgir nuevos aprietes de la patotas y provocaciones de la empresa (por ejemplo, intentando fijar los horarios de “ida y vuelta”), por lo que los trabajadores se mantienen en estado de alerta y ya han debido convocar a nuevas medidas, como interrupciones temporales del servicio.

El ejemplo de la organización y la lucha antipatronal y antiburocrática
La organización y la lucha de los trabajadores de la 60 representan un ejemplo para el conjunto de la clase trabajadora.
Esto se debe, por un lado, a la conciencia que tienen sus trabajadores sobre la necesidad de enfrentar de forma unitaria a la patronal, que los ataca permanentemente. Se debe, también, al haber conquistado un cuerpo de delegados independiente y combativo que enfrenta a la burocracia de la UTA. A sostener siempre la asamblea de base como instancia democrática de discusión y decisión para el conjunto de los trabajadores de la línea. Y se debe por último a la decisión y la combatividad con la cual los choferes de la 60 enfrentan a las patotas de la empresa y se plantan a la hora de luchar por la defensa de sus derechos y sus condiciones de trabajo.
Por todo esto, sin dudas, los trabajadores de la línea 60, con su organización independiente y su práctica de lucha, representan un ejemplo a seguir para toda la clase trabajadora.