A tres meses del inicio de su escalada, las principales potencias imperialistas acordaron extender durante otros 90 días los ataques contra Libia.
Aunque cuando se inició el ataque del 19 de marzo, los voceros de EEUU, Francia e Inglaterra, primeros impulsores de la invasión, afirmaron que la caída del gobierno libio sería cuestión de días, o a más tardar semanas, la alianza atacante acaba de prorrogar en otros 90 días su incursión militar. Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, fue uno de los encargados de difundirlo: “Estamos decididos a proseguir con nuestra misión”, afirmó el 31 de mayo, luego de la reunión de Bruselas realizada por la OTAN (integrada por 28 países) y otros cinco países que participan de la agresión imperialista (Qatar, Jordania, Emiratos Arabes Unidos, Marruecos y Suecia).
Aunque Fogh Rasmussen consideró que esto se hace “para proteger a la población libia”, los números dicen todo lo contrario. Según decía en la misma semana un representante del gobierno libio, “Desde el 19 de marzo y hasta el 26 de mayo tuvimos 718 mártires entre los civiles y 4.067 heridos, 433 de ellos graves”. Sobre las bajas militares decidieron no brindar información.
Aunque la tragedia de la guerra está golpeando gravemente al pueblo libio, donde al menos varios centenares han muerto por los bombardeos aliados y otros 1.200 también en fallidos intentos de escape hacia Europa(1), la alternativa de las grandes potencias, ávidas de petróleo y negocios, es la profundización de la guerra.
Por eso, el pasado 3 de junio recrudecieron los bombardeos, y a los casi 200 aviones y 18 barcos que sostienen el bloqueo marítimo, se le suma ahora la utilización de helicópteros Apache y Tiger, y la llegada del portaviones nuclear George W. Bush, de más de 300 metros de largo y 40 de ancho, con 6.000 personas, 56 aviones y 15 helicópteros. Estos preparativos hacen esperable el avance hacia una incursión terrestre, directamente(2).
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Notas:
1) Son repetidas las denuncias sobre el abandono por parte de los gobiernos europeos frente al naufragio de embarcaciones de refugiados libios, muchos de los cuales mueren de hambre y sed en frustrados viajes a Europa.
2) Manlio Dinucci, “Sarkozy y Cameron se preparan para la invasión terrestre de Libia”, Il Manifesto, 1/06/11.