Después de varios meses en conflicto, que incluyeron tomas, cortes y movilizaciones, los estudiantes de Sociales y Filosofía y Letras de la UBA consiguieron importantes triunfos. Sostener y profundizar la organización desde las bases permitirá fortalecer al movimiento estudiantil y que, con la lucha, se garantice que se cumplan los compromisos asumidos por las distintas gestiones y se avance con nuevas conquistas para la educación pública.
Fue necesario más de un mes de toma, movilizaciones, y la toma del ministerio de educación, en el caso de Sociales, para que las autoridades de la Universidad de Buenos Aires y los decanos kirchneristas Trinchero y Caletti, dieran el brazo a torcer y asumieran el compromiso de cumplir con las demandas del movimiento estudiantil. Así, después de varias semanas intentando ignorar la lucha de los estudiantes, denunciando y atacando su organización, debieron ceder.
Y las conquistas alcanzadas con la lucha son realmente significativas, sobre todo, teniendo en cuenta que no se habían conseguido resultados similares en muchos años. Para el caso de Filosofía, se ganó el compromiso de construir en el estacionamiento de la facultad, un nuevo edificio con aulas para las carreras de grado, un comedor estudiantil y una guardería, mientas que en Sociales, se consiguió una partida de $20 millones para avanzar con la construcción del edificio único para la facultad.
La organización de base
Un balance de la lucha de estos últimos meses en la UBA marca la necesidad de desarrollar y profundizar la organización de base. En muchos casos, la espontaneidad que caracterizó (especialmente en un primer momento) a los conflictos, evidencia las limitaciones organizativas del movimiento, que son, en gran medida, responsabilidad de las direcciones de los respectivos centros de estudiantes que no asumen su tarea como organizadores, al no generar espacios permanentes de participación y militancia para el conjunto de los estudiantes.
La importancia de estos espacios de base, tanto para incentivar la participación de los compañeros, como para orientar e impulsar las luchas, se evidenció, por ejemplo, en Filosofía y Letras, dónde la Comisión por el Presupuesto, que sostuvo su militancia de forma permanente en los últimos dos años, fue de gran importancia para el desarrollo del conflicto y la elaboración del programa y las reivindicaciones de la lucha, que alcanzó el compromiso de parte del decano Trinchero y el consejo directivo de cumplir con las exigencias de los estudiantes.
Al mismo tiempo, la masiva participación de estudiantes en las asambleas, las tomas y las diversas actividades, dan muestra de la potencialidad del movimiento estudiantil, así como de una importante predisposición de un gran número de compañeros para sumarse a la lucha por la educación pública en cada espacio, lo que no hace más que reforzar la necesidad y la urgencia de avanzar en la construcción y el fortalecimiento de los espacios de base, para poder organizar a todos los estudiantes que se comprometan con la lucha por la educación pública.
La lucha, el único camino
El otro gran punto que se destaca, en un necesario balance del conflicto, es la importancia de la lucha como el único camino posible para alcanzar cualquier tipo de mejora real en las condiciones de estudio y, en general, cualquier avance en la educación pública, que se impulse en el sentido de los intereses del pueblo trabajador.
En esta oportunidad, las distintas formas que fue tomando la lucha, con el sostenimiento de las tomas en cada facultad por más de un mes, y la toma del ministerio de educación, como los puntos más altos, fueron las que permitieron alcanzar conquistas de gran envergadura, que de ningún modo se hubiesen obtenido sin luchar.
Es importante destacar, en este mismo sentido, que se ha dado también un importante avance en la combatividad, en varios sectores del movimiento estudiantil. La toma del ministerio fue demostrativa de esto y marca un camino sobre el cual los estudiantes deberán seguir trabajando para poder profundizar su organización y sus métodos, de cara a las próximas luchas.
Además de las experiencias de las dos facultades de la UBA, el movimiento estudiantil también demostró una importante capacidad de lucha en otros lugares. Así sucedió en varios colegios secundarios y terciarios, como con los dos cortes del puente Pueyrredón organizados por el centro de estudiantes de la EMPA (Escuela de Música Popular de Avellaneda), dónde confluyeron también organizaciones estudiantiles de facultades y profesorados.
Este conflicto deja, sin lugar a dudas, un saldo muy positivo con respecto a las conquistas que se han alcanzado con la lucha, así como una experiencia importante para el conjunto de los estudiantes que fueron parte del proceso. Garantizar que se cumplan los compromisos asumidos por cada gestión, así como dar la pelea por nuevas reivindicaciones, requerirá indudablemente de un avance en la participación y en los métodos de lucha desarrollados hasta el momento.
Avanzar en la organización es la tarea
Después del importante proceso de lucha de los últimos meses, las tareas están planteadas para el movimiento estudiantil. Para poder capitalizar la movilización y las experiencias del conflicto y fortalecer el movimiento, es imprescindible profundizar la organización en todos sus niveles: consolidar y desarrollar los espacios de base y los centros de estudiantes, y construir y fortalecer las agrupaciones combativas y antiburocráticas, que planteen y den impulso a la organización y la lucha del movimiento estudiantil; único camino posible para pelear por una educación pública de calidad al servicio del pueblo trabajador.
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Estudiantes perseguidos por luchar
Durante la toma del ministerio de educación, que llevaron adelante los estudiantes de Sociales el miércoles 13 de octubre, la represión policial dejó varios heridos y fueron detenidos once compañeros. Más nombres para la extensa lista de estudiantes represaliados por luchar el los últimos años.
Como señaláramos hace algunos meses, está a la vista como los gobiernos de Cristina Fernández y de Macri comparten ese acuerdo fundamental: perseguir y procesar a los estudiantes que se organizan para luchar por la educación pública.
En este marco, la organización y la lucha por el cierre de las causas de los compañeros es una de las tareas ha desarrollar por el movimiento estudiantil.
¡Basta de persecución a los estudiantes por luchar!