Chile: Negocios y campaña con el rescate de los mineros



Después de estar semanas bajo tierra, fueron rescatados los obreros que habían quedado atrapados tras el derrumbe de la mina en la que trabajaban en Chile. La campaña mediática de Sebastián Piñera y los negocios de los capitalistas, estuvieron a la orden del día, buscando tapar la realidad de explotación y miseria que padecen a diario los trabajadores mineros.

Como es sabido, los capitalistas no desperdician oportunidad alguna a la hora de hacer negocios. Y el rescate de los mineros en Chile, desde luego, no fue la excepción. Varios días antes, incluso, de que salieran a la superficie los 33 trabajadores, ya era de público conocimiento el amplio abanico de negocios que empresarios chilenos y extranjeros planeaban llevar adelante, con el único fin de seguir facturando millones, en este caso montados sobre esta experiencia. Emprendimientos cinematográficos, bebidas con su nombre, viajes para conocer el lugar…
Tampoco desaprovechó su oportunidad Sebastián Piñera. El multimillonario empresario y presidente chileno, se montó sobre el rescate para transformarlo en un gigantesco acto de campaña a su favor, para mejorar su imagen, intentando mostrarse como el salvador de los mineros. Desde luego, no se lo escuchó mencionar palabra acerca de su responsabilidad y la de su gobierno en el derrumbe que (en esta oportunidad), por fortuna, no se cobró la vida de los trabajadores.
El gigantesco despliegue mediático que cubrió minuto a minuto el rescate a los mineros chilenos, contrastó con el ocultamiento y la absoluta falta de información que vivió el mismo caso en los primeros días después del derrumbe, cuando aún no se sabía si estaban con vida. Fue más de una semana, donde poco y nada se ocuparon los medios de la suerte de los trabajadores que habían quedado sepultados. El mismo silenciamiento padeció un caso similar en Ecuador, que se produjo casi en simultáneo con el rescate chileno, pero con otro final: otro derrumbe en una mina, que dejó al menos dos trabajadores muertos y decenas de heridos.
Es que esta realidad de accidentes y muerte en el trabajo es padecida a diario por la clase trabajadora. Así sucede en todo el mundo y, fundamentalmente, en los países dependientes y atrasados como Chile o Argentina, dónde los niveles de explotación sobre la clase obrera son aún mayores. Sucede en las minas, en la construcción, en la industria metalúrgica y cualquier otra rama de la producción, donde los accidentes son moneda corriente. Y así será mientras todo sea organizado en función de la obtención de mayores ganancias como sucede en el capitalismo: los empresarios continuarán aumentando los ritmos de producción, disminuyendo las medidas y elementos de seguridad, como forma de reducir sus “gastos”, ignorando los planteos de los trabajadores sobre la seguridad en la producción… Es la esencia misma de la explotación capitalista: ganancias para los empresarios; penurias, accidentes y muerte para los trabajadores.