En Europa, mientras los distintos gobiernos avanzan con mayores medidas de flexibilización sobre los trabajadores, intentando recuperar los márgenes de ganancias para los capitalistas, continúa la lucha del movimiento obrero para enfrentar el ajuste.
A dos años de su “estallido”, en varios países europeos la crisis económica sigue bien presente. Desde los distintos parlamentos y gobiernos, tanto “progresistas”, como el PSOE español, como conservadores, con el ejemplo de Sarkozy en Francia, se impulsan las mismas medidas para “salir de la crisis”. Salida de la crisis que, desde luego, no significa otra cosa que recuperación de la tasa de ganancias para los capitalistas y a la que dichos gobiernos aspiran llegar redoblando el ajuste sobre la clase trabajadora. Así se impulsan casi al unísono medidas como despidos, reducciones salariales, disminución del gasto social, aumento de la edad jubilatoria y un tendal de políticas represivas con eje en la persecución de inmigrantes. En pocas palabras, como sucede ante cada crisis económica capitalista, se busca descargar todo el peso de la crisis sobre las espaldas del pueblo trabajador.
Ante este panorama, en el cual se intenta avanzar de forma descarada sobre las condiciones de vida de los trabajadores, se desarrolla la lucha contra el ajuste. En muchos casos, a pesar incluso de la “moderación” e, incluso, de la complicidad, de las direcciones sindicales, incorporadas por lo general a los distintos partidos patronales.
Así sucedió durante el mes de octubre en Francia, dónde el repudio y la lucha contra la reforma jubilatoria impulsada por Sarkozy, y ya aprobada en el parlamento, se desarrolló con la convocatoria a huelga general y realización de masivas movilizaciones en las principales ciudades del país. Movilizaciones que contaron con la participación cientos de miles de trabajadores (más de 500.000 según el gobierno y más de 2 millones para los sindicatos, en una de las últimas convocatorias del mes) y que demostraron en algunos puntos además, como ya había sucedido en Grecia y en España anteriormente, un importante nivel de combatividad con enfrentamientos con la policía, que buscó detener y enfrentar la movilización popular.
El ajuste sigue en marcha en Europa. Sin dudas, la única posibilidad de enfrentarlo y de frenar el avance de los capitalistas y sus gobiernos sobre las condiciones de vida del pueblo trabajador, se encuentra en el desarrollo y la profundización de la movilización y la lucha independiente de la clase trabajadora.