Más deuda con un nuevo canje




El kirchnerismo cerró un nuevo canje de la deuda en default y ya piensa en firmar cuanto antes el acuerdo con el Club de París. Un nuevo paso del gobierno de Cristina Fernández que profundiza la dependencia, haciendo crecer la deuda externa.

El 23 de junio es el día del desendeudamiento argentino”, celebró Cristina Fernández al anunciar el cierre de un nuevo canje por los bonos en default desde 2001. Como sucedió anteriormente, en su política de engaño permanente, el kirchnerismo promueve la confusión a través de la mentira, llamando “desendeudamiento” a una operación que lejos de eliminar o disminuir la deuda externa, la hace crecer.
La oferta realizada por el gobierno tuvo una alta aceptación entre los tenedores de bonos, lo que no deja dudas sobre el saldo ampliamente favorable para los bonistas y los grandes bancos que organizaron e impulsaron el canje, como el Barclays y el Citibank. En concreto, según las cifras dadas a conocer por Cristina Fernández y el ministro Boudou, sobre u$s18.300 millones en juego se cambiaron u$s12.000 millones, es decir, alrededor del 66%. Sumando este porcentaje al del anterior canje de 2005, el 92% de la deuda que había sido declarada en default en 2001, ya ha sido refinanciada, como siempre a favor de la banca internacional. En este caso, la operación de canje implicaría un aumento de la deuda externa argentina de aproximadamente u$s6.000 millones, lo que representa un aumento de dos puntos con respecto al peso de deuda en el PBI.
El kirchnerismo tiene como prioridad el cumplir con los organismos internacionales y, por lo tanto, reorganiza los pagos en default y cumple puntualmente con los vencimientos. El objetivo central es poder volver a endeudarse con la banca internacional para poder conseguir fondos que le permitan financiar sus negociados, pensando también en las futuras elecciones de 2011. Por otra parte, esta opción de financiamiento cobra mayor importancia para el gobierno en tanto se vuelven cada vez más limitadas, después de años de saqueo, las actuales fuentes locales de fondos, como la Anses o el Banco Central.
En síntesis, el gobierno de Cristina Fernández profundiza el endeudamiento y la dependencia, cumpliendo con los organismos internacionales, pensando en la obtención de fondos para continuar financiando sus negociados, descargando la deuda sobre las espaldas del pueblo trabajador.