La firma del acuerdo entre una parte de la Comisión Interna de Kraft, la empresa, el ministerio de trabajo y la burocracia del STIA, no contempla la reincorporación de todos los despedidos y deja en la calle a 53 familias obreras, arrojando por la borda varias semanas de lucha.
La estrategia burocrático-patronal-gubernamental de encauzar la lucha hacia una mesa de negociaciones para lograr que los obreros levanten la huelga, lamentablemente, dio algunos resultados. Hoy, en nombre de la “paz social” reclamada por el empresariado y el gobierno, la planta está produciendo, pese a que medio centenar de trabajadores siguen en la calle. Las conversaciones cuatripartitas generaron una grieta en la Comisión Interna que culminó con una división a la hora de firmar el acuerdo. El sector mayoritario de la comisión se mostró conciliador y negoció con la empresa, mientras que la minoría respetó el reclamo de “ningún despido” y se negó a avalar el acuerdo.
Hoy, es necesario continuar levantando la voz hasta que se consiga la reincorporación de todos los despedidos. Reincorporación que sólo será posible de la mano de la lucha, retomando las medidas de fuerza con las que cuenta la clase obrera y con las que puede, como quedó demostrado varias veces, imponerse sobre la voluntad empresarial.
La estrategia burocrático-patronal-gubernamental de encauzar la lucha hacia una mesa de negociaciones para lograr que los obreros levanten la huelga, lamentablemente, dio algunos resultados. Hoy, en nombre de la “paz social” reclamada por el empresariado y el gobierno, la planta está produciendo, pese a que medio centenar de trabajadores siguen en la calle. Las conversaciones cuatripartitas generaron una grieta en la Comisión Interna que culminó con una división a la hora de firmar el acuerdo. El sector mayoritario de la comisión se mostró conciliador y negoció con la empresa, mientras que la minoría respetó el reclamo de “ningún despido” y se negó a avalar el acuerdo.
Hoy, es necesario continuar levantando la voz hasta que se consiga la reincorporación de todos los despedidos. Reincorporación que sólo será posible de la mano de la lucha, retomando las medidas de fuerza con las que cuenta la clase obrera y con las que puede, como quedó demostrado varias veces, imponerse sobre la voluntad empresarial.