Dos ejemplares del “progresismo” nacional, uno originado en el PC, la otra en la UCR, que comparten bastante más que su barrio de toda la vida, Morón. Los dos cultivan una imagen que pretende ser “diferente” y juegan a la austeridad. Compiten en la provincia de Buenos Aires por ser la “cara de la nueva política”, mientras tratan de disimular que son sólo una versión a la moda de la política burguesa y, como todos, tejen acuerdos sin pudor con cualquiera que les aporte un voto.
Martín Sabbatella
“SONRIE, SABBATELLA TE FILMA”, decían los carteles en Morón en 2008. El ex militante de la Federación Juvenil Comunista pobló su municipio de cámaras de video, e inauguró una central de control dirigida por la policía bonaerense, conectada directamente con 150 alarmas en escuelas, edificios públicos e instituciones, y con 77 patrulleros. El director general del ministerio de seguridad, Néstor Franco, dijo entonces: “Es reconfortante escuchar a un intendente que sepa y entienda tanto de seguridad. Nuestro trabajo desde el Gobierno de la Provincia se ve ampliamente facilitado en los municipios que cuentan con intendentes que entienden la política”. Durante su gestión, se registraron por lo menos 15 muertes por gatillo fácil y torturas en Morón(1).
Fue secretario del bloque parlamentario del Frepaso. Luego, concejal de la Alianza Frepaso-UCR, y, de su mano, llegó a la intendencia, en 1999, con sólo 29 años. Sin inmutarse con los 39 muertos en todo el país con que su gobierno se despidió de la presidencia, recién en 2003, abandonó el barco frepasista y creó el partido Nuevo Morón. En 2004, lanzó el Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE), con el que logró la re-reelección en 2007. En 2009, se presentó como diputado nacional, proclamando su apoyo a Néstor Kirchner, a quien declaró, con Raúl Alfonsín, “los mejores presidentes de la democracia”.
Ahora, se candidatea para la gobernación, ofreciéndose como “lista colectora” del kirchnerismo, porque, como anunció: “Nosotros tenemos la firme decisión de acompañar a Cristina (...) y vamos a hacerlo en cualquier escenario y con cualquier ingeniería electoral”. En materia de burocracia sindical, pone sus fichas junto a Hugo Yasky, a quien apoyó en la interna de la CTA.
Para la elección porteña, proclamó al banquero del PC, Carlos Heller, acompañado por Vilma Ibarra, aunque Sabbatella aclaró que aspira a conformar un frente con Filmus, Tomada o Boudou. Cualquiera le viene bien.
Como buen “progre”, es un entusiasta defensor de la ministra Garré, a la que llamó compañera en “el trabajo, el esfuerzo y la militancia”, que le devolvió el halago hablando del “municipio modelo”. Un municipio donde los barrios pobres, como Carlos Gardel, San Francisco, San José y Texalar, están militarizados; donde hay 264 prostíbulos en pleno centro, regenteados por la policía, y donde cualquier hijo de un trabajador sabe que su destino puede ser el de Luciano Arruga.
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NOTAS:
1) Datos extraídos del Archivo de Casos que publica CORREPI.
Margarita Stolbizer
Margarita Rosa Stolbizer se afilió a la UCR a los 18 años. Ya en 1983 consiguió un cargo en el gobierno radical, como directora de Acción Social y Minoridad de Morón. En 1985, siempre en la UCR, fue electa concejal, y diputada nacional en 1997.
Se sumó, entusiasta, a la corriente que promovió la Alianza con el Frepaso. Militaba bajo las órdenes del ex ministro del interior de De La Rúa, Federico Storani, el fusilador de los trabajadores correntinos. Ni el escándalo de coimas en el senado ni la designación de Cavallo como ministro de economía la alejó de su organicidad radical, al punto que, en 2003, fue la candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
A mediados de la década, fue figura central del Encuentro de Rosario, más tarde llamado Encuentro Nacional por la Soberanía Popular, intentando, junto a otros “progres” como Claudio Lozano, Hermes Binner, Ruben Giustiniani, Jorge Rivas, Ariel Basteiro, Carlos Heller, la monja Pelloni y Víctor De Gennaro, generar una nueva alternativa electoral.
En 2007, mientras una parte de su partido se aliaba con el kirchnerismo a través de Julio Cobos, y otra apoyaba la candidatura del ex ministro de economía peronista Roberto Lavagna, rompió con la UCR, fundó el partido Generación para un Encuentro Nacional (GEN), y se sumó a la Coalición Cívica de la ex radical Elisa Carrió. Así, fue, de nuevo, candidata a gobernadora de la provincia, mientras, con su aliada, apoyaban con entusiasmo a los empresarios del campo.
Pero el romance entre las “genéticamente radicales”, como decía entonces, fue breve. Ahora dice, por ejemplo: “Carrió se salió de carril (...) es funcional a los Kirchner. Cada vez que Lilita abre la boca, divide”, y, en vísperas de una nueva elección, propone, de nuevo, un “Frente Progresista”. Para ello, espera seducir a sus viejos amigos y “a los peronistas que hayan renunciado a la opción conservadora”, definición que alcanza, según ella, a Felipe Solá, y excluye sólo a Macri, Duhalde y De Narváez. Claro que no todo va sobre rieles, ya que sus ex correligionarios de la UCR, y Ricardo Alfonsín en particular, parecen más que entusiasmados con los 2 millones de votos que les ofrece De Narváez. Sin resignarse, mandó una carta convocando a la UCR, “Pino” Solanas, el Partido Socialista, la Democracia Progresista, Encuentro Popular, Víctor De Gennaro, Libres del Sur, Graciela Ocaña y Luis Juez, curiosa mezcla que exime de “la derecha”.
Mientras cultiva su perfil de ama de casa, esposa y madre ejemplar, busca aliados para obtener otro carguito.