EN EUROPA, LA CRISIS GOLPEA A LOS TRABAJADORES

Varios países son noticia en Europa, sacudidos por los efectos de la crisis económica. Independientemente del signo político de sus gobiernos, como se evidenció en el resto del mundo, las medidas de ajuste recaen exclusivamente sobre los trabajadores.

El de Grecia es, sin dudas, el caso más difundido. Pero no es el único. En toda Europa, que siempre ha sido presentada por los defensores del capitalismo como el modelo que debemos seguir, se dan como denominador común las suspensiones o los despidos ante el cierre de plantas. Se debate el aumento de la edad jubilatoria o las reducciones salariales, se impulsa un plan sistemático de persecución de la inmigración, entre otras medidas que profundizan una única orientación: mayor ajuste sobre los trabajadores.
En Italia, por ejemplo, la desocupación ya supera, según índices oficiales, el 10%. Una de sus empresas más emblemáticas, Fiat, anunció que frenará toda la producción por dos semanas dejando parados a sus 30.000 obreros que cobrarán, por esos días, sólo una parte de sus salarios. Mientras, analiza cerrar definitivamente algunas de sus plantas.
En España, la desocupación afecta a más de 4 millones de trabajadores. El gobierno “socialista” de Zapatero, con un déficit del 12% del PBI, ya ha propuesto la baja de la edad jubilatoria como una de las medidas de ajuste para superar la crisis. Junto con Berlusconi y Sarkozy, el gobierno español está a la cabeza de la persecución y expulsión de inmigrantes, fomentando el racismo e instalando para tal fin auténticos campos de concentración.
En Grecia, también gobernada actualmente por el “socialismo”, es dónde las medidas de ajuste se proyectan más duras. El gobierno baraja un plan que incluye, además del aumento de la edad de jubilación, un aumento de impuestos, congelamiento salarial, reducción brutal del gasto público y despidos masivos. Ante este panorama, las organizaciones sindicales convocaron a enfrentar el plan de ajuste del gobierno con huelgas masivas y movilizaciones en conjunto con organizaciones estudiantiles, que ya han sido reprimidas por el gobierno.
El FMI, por su parte, que luego de las reuniones del G-20 del año pasado (con participación del gobierno kirchnerista) se había declarado “renovado” insiste con sus clásicas recetas que, a la vista está, son las misma que las de la comunidad europea y sus gobiernos “progresistas”. Su economista en jefe, Olivier Blanchard afirmó que se necesitan “grandes sacrificios”, explicitando, por si fuera necesario, que los países más afectados deben “bajar sueldos para ser competitivos”.
En Europa también, las crisis económicas no son otra cosa que más ajuste y más represión sobre los trabajadores.