EDITORIAL: GOBIERNO, “OPOSICIÓN” Y BUROCRACIA, TODOS JUEGAN PARA LOS EMPRESARIOS

El gobierno y los partidos que suelen llamar de “oposición” mueven sus piezas pensando ya en las elecciones que se desarrollarán el año próximo. Así, ante la apertura de las sesiones del Congreso se observó cómo, sin ningún tipo vergüenza, se alinearon quiénes hasta ayer estuvieron enfrentados y, se enfrentaron, quiénes supieron compartir espacios y tener negocios en común. Todos ellos, son representantes de la clase capitalista en nuestro país y, como tal, siempre compartirán intereses como la necesidad del pago de la deuda externa. Todos ellos, son defensores de la propiedad privada y, como tales, buscan garantizar, por sobre todas las cosas, las mayores ganancias para los empresarios que representan. En esta tarea, cuentan con las diferentes fracciones de la burocracia sindical como un aliado central a la hora de negociar salarios o avanzar con medidas de ajuste sobre los trabajadores.
El kirchnerismo busca desesperadamente sostener para su favor a los grupos empresarios que lo apoyan y reconquistar a quienes, por diversos motivos, se han ido alejando. En este sentido, el 24 de febrero el gobierno repitió el encuentro realizado en diciembre con las principales cámaras y grupos empresarios en Olivos. Allí estuvieron, excluyendo al empresariado rural, desde los grupos más poderosos del país hasta los representantes de las pequeñas y medianas empresas. Como muestra de la importancia del encuentro, fueron convocados también a participar del almuerzo con la presidenta y su gabinete, una buena parte de los gobernadores kirchneristas. Estuvieron entre los presentes Luis Betnaza (Grupo Techint), Javier Madanes (Fate y Aluar), Pascual Mastellone (La Serenísima), Adrián Kauffman (Arcor) y Víctor Klima (Volkswagen). También asistieron Alfredo Coto, Jorge Brito y los máximos referentes de la UIA, Héctor Méndez, José de Mendiguren y Juan Carlos Lascurain. Por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) participó su presiente, Osvaldo Cornide. Ante todos ellos, Cristina Fernández hizo un llamado a aumentar la inversión, presentando cifras y estadísticas varias, como prueba de los excelentes negocios que pueden realizar en el país.
Por supuesto, en el gobierno tienen claro que no es con promesas que mantendrán el apoyo del empresariado. Desde varios frentes el kirchnerismo avanza con medidas concretas para sostener y mejorar la rentabilidad de los diferentes sectores de la clase capitalista argentina. En ese sentido se orienta el trabajo, por ejemplo, de la flamante presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, cuya designación fue saludada efusivamente por la burocracia de la CGT y la CTA. En sus pocos días al frente de la entidad financiera, Marcó del Pont ya recibió a José de Mendiguren y a un grupo de representantes de las empresas de la alimentación (Copal). El objetivo, como lo anunció Cristina Fernández en el almuerzo en Olivos, es escuchar las demandas empresariales sector por sector y avanzar en la entrega de crédito barato que fomente la inversión y permita mejorar sus negocios.
En el mismo sentido, como temas casi excluyentes en los debates entre el gobierno y los empresarios se encuentran la inflación y las negociaciones paritarias. La suba de precios no es ninguna novedad sino que, por el contrario, ha sido permanente desde la devaluación. Los empresarios y el gobierno se han beneficiado con esta política que, de forma controlada, les permite aumentar sus ganancias y la recaudación, respectivamente, a costa del deterioro del salario de los trabajadores. Este año, como en los anteriores, las cámaras empresarias y el gobierno contarán con el aval de la burocracia sindical para negociar aumentos salariales que estarán, al menos para la mayor parte de la clase trabajadora, por debajo de los niveles de inflación. Y así, buscarán continuar profundizando sus ganancias a costa de la miseria del pueblo trabajador.
Es el panorama que se desarrolla, por estos días, ante la apertura de las paritarias. Los máximos exponentes de la burocracia sindical hablan de “madurez” a la hora de negociar, aseguran que es necesario considerar la rentabilidad empresaria en cada sector para poder discutir los aumentos y firman, a pedido de las empresas y el gobierno, cláusulas garantizando “la paz social”. Sin ningún tipo de discusión en las bases acuerdan aumentos en cuotas, de sumas fijas, por fuera del básico, que garantizan la entrega del salario y el gran negocio para los capitalistas.
A la vista está, que los trabajadores no podemos depositar nuestra confianza en ninguno estos personajes. Ni el gobierno, ni la “oposición”, ya sea en su variante progresista o abiertamente reaccionaria, ofrecen al pueblo trabajador alternativa alguna. El único camino posible está en continuar avanzando en la organización independiente de la clase trabajadora. Contra la patronal y la burocracia sindical, en cada lugar de trabajo, creando o disputando los cuerpos de delegados y las comisiones internas. Contra la clase capitalista de conjunto, avanzando en la construcción de la organización política de la clase obrera que permita, de una vez por todas, conquistar un gobierno de y para los trabajadores.