Mercenarios privados: más recursos para la guerra

Así como “alquilan” las bases militares en Colombia, también se alquila la inteligencia: “Intelligense outsourcing”.
Un periodista norteamericano, T. Shorrock, describe en una de sus publicaciones cómo se ha ido transformando en un negocio privado una actividad que antes era manejada por el gobierno. Hoy el negocio de la inteligencia alcanza los 50 mil millones de dólares y la manejan empresas ligadas al Complejo Militar- Industrial de EEUU. Se estima que, aproximadamente, una tercera parte de las funciones del ejército de los EEUU está en manos privadas.
Este mismo periodista es quien denunció a los torturadores de la cárcel de AbuGhraib en Irak de ser empleados por una empresa privada llamada CACI. Denunció también que había unos 100 mil contratistas en Irak, de los cuales 48 mil trabajan como soldados privados, según un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental. Estos soldados habrían operado casi sin supervisión o restricciones legales efectivas y constituyen una expansión no declarada de la dimensión de la ocupación. Muchos de estos contratistas ganan hasta mil dólares al día. Y esas fuerzas serían políticamente convenientes, ya que los contratistas muertos no son registrados en la cifra oficial. Además, según el periodista, “los beneficios para las agencias federales incluyen negación plausible con respecto al asesinato, desapariciones, el vicariato, la guerra sucia en propaganda y en operaciones psicológicas, así como la capacidad de eludir el Código Militar de Honor y los acuerdos de la Convención de Ginebra”.
Citamos: “Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel son los líderes del negocio, siendo la Blackwater Corp., la más importante de estas empresas que alcanzó el primer lugar y creció gracias a los contratos con el Pentágono, fue fundada en 1997 por Erick Prince, un mega millonario conservador que fue un importante financista del presidente Bush y de sus aliados y quien «durante todos estos años ha servido como el flautista de Hamelín de una campaña para reempacar a los mercenarios como fuerzas legítimas.» (…) La empresa tiene su sede en Carolina del Norte y posee las oficinas en McLean (Virginia), cerca del cuartel general de la CIA, siendo su presidente Cofer Negro, un ex jefe de contraterrorismo en la CIA, conocido por su papel de liderazgo en los organismos de inteligencia y en los programas más controvertidos incluida la entrega y el interrogatorio de los sospechosos de pertenecer a Al-Queda y la detención de algunos de ellos en cárceles secretas en el exterior. (…) Según se lee en la página web que tiene la empresa para promocionarse, «Tenemos una presencia global y ofrecemos entrenamiento y soluciones tácticas para el siglo 21… Entre nuestros clientes figuran Agencias Policiales Federales, el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado, el Departamento de Transporte, Entidades Locales y Federales de todo el país, corporaciones multinacionales y países amigos de todo el mundo.» (…) En Colombia, es en el denominado «Plan de Seguridad Democrática», derivación del Plan Colombia donde se han implementado este tipo de contratos. Uno de ellos, con la Fundación de Seguridad y Democracia y que se sepa, también con otras compañías privadas como Dyn Corp, Blackwater y SAIC – The Rendon Group.”(1)
Estas agencias de mercenarios son financiadas, muchas veces, directamente por quienes manejan las plantaciones para luego comercializar la coca para la elaboración de la cocaína, por empresarios, por funcionarios del gobierno. Se encargan del hostigamiento permanente de la población, realizan tareas de contrainteligencia, cuidan los negocios privados, reclutan periodistas y académicos que se disponen a justificar los planes represivos del gobierno y del imperio norteamericano.

(1)El Alquiler de la “Inteligencia” o la privatización de la guerra. Sobre todo de la Guerra Sucia, Pablo Catatumbo (Miembro del Estado Mayor FARC- EP), 18 de Junio de 2009.